La ciudad

Santa Pola es vida

  El encanto de la localidad de Santa Pola radica en su mar, sus gentes, su gastronomía y su increíble clima. Un encanto que han sabido apreciar personas de gran cantidad de puntos del globo terráqueo que han decidido visitarla o incluso trasladar allí su residencia. Su temperatura media anual de 18 ºC convence a muchos, como también lo hacen sus más de 300 días de sol al año. Un clima que propicia el deporte al aire libre, con eventos como la Media Maratón de Santa Pola. Este pueblo pesquero, que conserva toda su idiosincrasia, es famoso también por su costa: un total de 11 kilómetros de playas y calas de fina arena conquistan a locales y visitantes. Su naturaleza es voluptuosa no sólo en la línea que separa el mar de la tierra, sino también en la Sierra y el Parque Natural de Las Salinas. Éste último abarca 2.470 hectáreas en la zona litoral de la Bahía de Santa Pola en las que conviven más de 150 especies de aves entre las que destaca el flamenco rosa. En total, más del 70% del territorio está protegido, lo que da una idea de su alto valor natural.

Santa Pola

La cocina mediterránea es otro de los platos fuertes de Santa Pola que tiene su base en el pescado de denominación de origen “Peix de Santa Pola”. La actividad del puerto pesquero, heredero directo del antiguo “Portus Illicitanus”, se refleja en los fogones, que cuentan a diario con género del día. Por otro lado, los guisos de Santa Pola destacan por su colorido y están basados en arroz y pescado. La gamba roja, la quisquilla, los salazones típicos de la zona y la cigala son otras de las estrellas en las recetas más auténticas de la localidad.